Algunas fotografías tienen el poder de retener nuestra mirada, como lo que ocurre cuando observamos Niño Camboya del fotógrafo Amador Toril. Una escena en blanco y negro tomada en el momento perfecto para que se desencadene un espectacular contraste capaz de crear dos planos diferenciados: la silueta a contraluz de un niño caminando, y el cielo iluminado por la luz rasante que surge de una espectacular puesta de sol. La horizontalidad de la imagen juega además un papel fundamental ya que añade profundidad, contraste y pone de relieve el protagonismo del niño respecto al resto de la imagen.
Some photographs have the power to hold our gaze, as when we observe Niño Camboya, signed by photographer Amador Toril. A black & white scene taken at the right moment to unleash a dramatic contrast which is able to create two distinct levels: the backlit silhouette of a boy walking, and the sky illuminated by the sunset-low light. The horizontality of the image also plays a key role as it adds depth, contrast and gives prominence to the role of the child.
Impresión en metacrilato de Niño Camboya de Amador Toril